Cuando opinamos sobre la vida de alguien, algo de nosotros se destruye, por alguna razón no escrita nos creemos con el derecho de opinar y juzgar a otros y en pocas ocasiones somos tan crueles con nosotros mismos.
En las redes sociales toda la gente se atreve a opinar, a los que conocen en persona y se leen sus opiniones, parecieran a veces que son dos personas distintas; opinando sobre todas las personas y sobre las acciones de las mismas. Me refiero a esas personas que por ejemplo sabes de sobra que son egoístas pero los lees en cualquier red social hablando de ser generosos y de odiar a aquellos que son mezquino... y tu te quedas realmente sorprendido con eso.
Es sumamente sano antes de hablar de los demás o más bien escribir sobre los demás... que pensemos en nosotros mismos.
No somos perfectos, no siempre tenemos la razón, no somos ni remotamente justos, pienso... ¿por qué no cerramos la boca? y antes de opinar del resto del mundo nos vemos al espejo y nos decimos esas verdades que nos encanta "cantarle" a los demás.
Una invitación a conocernos a nosotros mismos, esas cosas que veo escritas en la red y me ponen los pelos de punta, antes de señalar decidí escribirlo para recordar eso que me desagrada de los demás, Yo estoy construyendo día a día una nueva persona, reforzando valores, desechando malas actitudes, todos podemos hacer eso, cada día.
