"Me siento más cómoda en mis silencios que expresándome." Alba Jiménez

Soy una maestra, hablar es lo mío, pero cuando estoy con mis cuatro hijas a la mesa, comiendo algo y ellas hablan, yo simplemente escucho, aprendí a la mala que cada vez que opinaba, yo estaba equivocada, era una retrograda y que mis comentarios les generaban risas de complicidad y burla.
No fue fácil al principio; opinar y decir lo que sé, me gusta, he leído mucho, veo muchos documentales, aprendo constantemente, me renuevo en ideas de manera que sentía que hacía bien aportando ideas, brindando mi opinión, he viajado a otros paises, conozco otras culturas, he vivido muchas cosas que mis hijas no tienen ni idea de manera que lo que puedo aportar (desde mi punto de vista) era valioso... Resulto que no, yo era todo lo que estaba mal, "cancelada" me decían cuando hacía un chiste o una ironía.
Me gusta escucharlas, las conozco mejor cuando escucho que cuando interactúo, me di cuenta que no necesitaban mi opinión para tener una hermosa reunión, que con que yo sonría basta, a ninguna de ellas salvo la más chiquita quieren saber si coincido, ellas son "sabias en su propio conocimiento" y recuerdo que de pequeña fui muy callada, nunca callé a mi madre por muy equivocado que fuera su punto de vista desde mi perspectiva, fui prudente, así me veía; (por ahí debería hacerme evaluar, algunos patrones del espectro autista tengo), pero caí en la cuenta que estar callada y en silencio es maravilloso para establecer quién es quién, puedes observar quién se impone, quién sabe establecer puntos y argumentos, quién respeta la opinión del otro, en fin que siempre se aprende.
Ahora sé como serán sus charlas cuando yo no esté en este plano físico, serán iguales que ahora, porque yo estaré siempre inexistente.
No me afecta como para estar resentida, esas cuatro personas son mi creación, estoy conforme es lo que moldee en el tiempo y en las vivencias. Me llamo a la autocensura donde vivo en paz, sin tratar de establecer mis puntos de vista qué cada vez a mis allegados les importan menos. Amo ser docente, en las aulas, en mis clases mi opinión y lo que he aprendido sigue valiendo, ahí me reivindico.
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