viernes, 11 de abril de 2014

Mauro sin querer...


Hace 52 años, nació un niño con la piel color canela y unos hermosos ojos negros, a ese niño su madre y padre le llamaron Mauro Ismael, era el octavo hijo de esa familia de campesinos de El Salvador, del oriente del país y a ritmo de rancheras, guitarras y bandoneón, el niño hacia feliz a su madre, era gordito, crecía y a sus nueve meses su madre sin querer dejarlo enfermo y de manera rápida murió dejándolo a cargo de sus pequeñas hermanas pubertas, bien o mal le ayudaron a comer,vestirse, aprender y se convirtió él mismo en un puberto de nueve años cuando su padre sin querer dejarlo murió... y le tocó crecer a la sombra de sus hermanos mayores, haciéndose huecos de amor entre las familias nuevas que se iban formando y empezó a descubrirse solo, culpó a la vida y tomó alcohol y lo dejó, busco a Dios y lo encontró, se aferró a su fe y un día apareció el amor en la figura de una joven mujer, que había sufrido sí, pero era menos ingenua y más viva, parieron tres hijas, una primero y gemelas después, ellas esas tres hijas fueron su todo, su vida, su amor, su destino,su futuro, sus metas y objetivos.
Las niñas se hicieron jovencitas...mujeres...y madres, Mauro sufrió en un suspiro ese tesoro no se convirtió en lo que quiso, los yernos no cumplían sus requerimientos, su amor de juventud, quizás el único, decidió divorciarse y dejarlo, sus hermanos distantes con hijos, nietos y vidas, como extrañaba su vida de niño, como le decepcionaba el presente, como le sabía amargo las decisiones de sus hijas, dejó que sus sueños se fueran y sin querer los sueños terminaron.
Un dolor agudo, un malestar que no termina, un diagnostico fulminante, la sensación de querer viajar lejos y buscar la felicidad, la paz, un mar de confusión y lagrimas, perdones, arreglos emocionales de último momento y Mauro, no pudo más y sin querer se fue.

A mi tío Mauro con todo el amor.
1- enero-1961 - 8-abril-2013



Alba Jiménez
*Derechos Reservados.

Su nombre es Soledad...



De un remoto lugar de la Ciudad de Buenos Aires en los inicios de la década de los ochenta nació una niña a la que llamaron Soledad... ella optó por que le dijeran su primer nombre pero ella siempre sintió que ese nombre la definía... ella era Soledad aunque nadie le llamará así más que su documento de identidad. 

No era la hija mayor... siempre sintió que eso le restaba mérito, su hermano mayor era naturalmente simpatico y sentía que  con su encanto ella no podía competir, su madre  no reparaba en ella más de lo que cualquier madre lo haría, era su hija, conforme a la manera en que fue criada la criaba, no había mimitos extras ni regaños, era solo una hija... a Soledad le pesaba eso... ella quería ser importante, la más importante para su madre, para sus abuelos, para su padre, pero era apenitas una sombra. 
Encontró refugio en un sitio de su mente, no por sufrimiento, ni por desamor, simplemente encontró en un espacio de su mente un buen lugar para ser feliz... y aunque la gente la mire raro, Soledad encontró un sitio donde vive el protagonismo, a veces es perseguida por ser la encarnación del Che Guevara, otras tantas,es victima de magia negra y en otras se prepara para una hermosa boda. Así es ella... 

Alba Jiménez
*Derechos Reservados.


Lo que yo pienso, lo que tu piensas.


"La señora del barrio caro, ahí donde hay cinco autos parqueados, todos de las marcas más reconocidas, manifiesta que hay austeridad, comeremos menos langosta, viajaremos solo dos semanas a la India en el retiro espiritual...hoy estamos en austeridad dice....
La señora del barrio urbano ahí donde todos tienen empleos de esos de lunes a viernes de 8 a 6 horas, manifiesta que hay austeridad, no comeremos carne los fines de semana con los amigos, evitaremos las vacaciones anuales a la playa cercana ....porque hoy estamos en austeridad dice...
La señora que pide dinero en la entrada del Subterraneo, en las plazas o avenidas, con hijos pequeñas y enfermos, escucho a alguien quejarse de la austeridad, ella de eso no dice nada."

Alba Jiménez
*Derechos Reservados.