martes, 1 de diciembre de 2015

Cada vez hablo más lento.

Cuando tenia 25 años recien graduada de la Universidad y con todas las imprudencias propias de la juventud me caracterizaba por hablar rápido, tan rápido que mi mejor amiga se atrevió a decirme que disminuyera la velocidad al hablar porque no se me entendía nada... si tan solo fuera la velocidad el problema... pero no, el problema no es la velocidad al hablar si no que cuando hablas rápido piensas lento o definitivamente no piensas... han pasado dos décadas de aquella veinteañera de lengua veloz, y los años me disminuyeron la velocidad y descubro que con cada año ganado, hablo más lento, con pausas y la mente se volvió veloz y la lengua parsimoniosa. 

Pululan en internet millones de frases donde se insiste en decir todo lo que pienses y que no te importen las consecuencias, pero Yo, paso de esos consejos, a mí sí me importa lo que sale de mi boca, a mí sí me importa que mis palabras dañen a quién las recibe, puede ser que en 20 años cambie de opinión pero en este momento particular de mi vida y con las experiencias logradas prefiero cada vez pensar rápido y hablar cada vez más lento. 

jueves, 20 de agosto de 2015

Cabello corto....


Desde los quince años hasta los cuarenta, usé mi cabello abajo de los hombros y en muchos años hasta la cintura.

Con todo lo vivido desde fines de 2014 hasta mayo, noté que se me caía el cabello de una manera que realmente me asustó; así que con todo el dolor del alma, decidí cortármelo, ahora está corto. 

El corte  le dará fuerza, ...espero...mientras a disfrutar mi nuevo y forzado look. 

Pero que manía rara tengo con mi cabello, me cuesta mucho tomar la decisión de modificarlo, una especie de apego. 

Puntos buenos, se me dejará de caer, la crema para mi cabello me abundará más, pesa menos jeje.

Cosas frívolas que ocupan mi mente, pero quería compartirlo. 

miércoles, 20 de mayo de 2015

Mi salud muy dulce.



Hoy (20-may-15),  la doctora acaba de diagnosticarme Diabetes, y de medicarme una pastilla Metmorfina 500 diaria. 

Me sentí triste, asustada y resignada, no es que Yo ignorara que tenía "algo" es solo que esperaba que fuera otra cosa. Quiero estar bien para y por mis hijas, mi mamá y mi pareja, el cansancio y esa sensación de agotamiento realmente me hacen sentir inútil. 

Debo encontrar mi espacio de felicidad, donde no me afecte todo esto y lograr que día a día ese espacio sea tan grande que se me olvide ese diagnostico.

Por el momento lo tomo como mi salud es dulce; me caracterizo por sonreir y verle el lado cómico a todo, algo de lo vivido pasó factura pero no significa nada, es solo uno de esos obstáculos en mi camino y espero en mi largo camino. 

Caminar, tomar medicamento, dieta sana y buena onda... Y ya te contaré.


domingo, 3 de mayo de 2015

Es mi epitafio.



Es de noche... Hoy, no me he sentido bien; mis ojos apenas logran distinguir siluetas o formas a un metro de distancia, me duele, el cuerpo, el alma y me duelen las ganas de seguir. 

Cerré los ojos y estoy escribiendo mentalmente mi epitafio eso que quiero que se escriba en mi tumba... Y aunque no me he decidido a un entierro o cremación, sé que quiero que algo se escriba sobre lo que sea que quede de mi. Pensé en una gran frase... pero fui relativamente modesta en vida, así que lo descarto de inmediato, pensé en decir lo obvio: " Una mujer, hija, esposa y madre, que vivió como quiso" pero lo cierto es que entre cada concepto tengo mucho por decir... así que lo descarté también. 

Me gustaría que mi epitafio fuese tan bien redactado que cuando alguien lo lea y Yo no esté le den ganas de haberme conocido, me sonrío, esa idea me hace sentir bien, creo que no quiero un epitafio rimbombante, solo quiero que me recuerden, me empeño desde ayer, me empeño hoy en dejar un legado; sí ya están mis hijas cuatro hermosos legados, con muchas cosas mías, las cosas buenas y malas están ahí... sí ellas son el epitafio, ellas son mi epitafio mejor. 


Alba Jiménez
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